Salvador con su hija pequeña saliendo de casa el día de la boda de esta.

Vivo en esta calle desde hace 12 años. Antes de construir esta casa, vivía mi tía Dolores con su marido Ricardo apodado "cagalló de porc", que tenía una fábrica de lejía en esta misma casa. 
Cuando era pequeño vivía unas calles más atrás, en una cueva, en el seno de una familia muy humilde y cuando venía a visitar a mi tía y me paseaba por esta calle me sorprendía y me quedaba maravillado al ver casas que a mi me parecían palacios, con gente en las puertas tomando la fresca, y donde se podía divisar también desde la calle los grandes corrales preciosos  llenos de plantitas del final de las casas, símbolo para mi de una gran opulencia.

Recuerdo también muy bien, que el horno de esta calle que no es muy grande, antes era un bar, conocido como el bar de los gordos. Pascualín era uno de los hombres que trabajaban allí, inmenso por cierto, y también tocaba en una rondalla. Allí la comida era una auténtica bomba, pero estaba buenísima. Todas del tipo "fessols, xoriço i all i oli".

En la esquina de esta calle con la calle Cervantes, había antes una papelería en la que decían que vivía un fantasma y que las mecedoras se movían solas.

Tengo además la imagen de Paco, un vecino de la calle, conduciendo un motocarro lleno de cerámica que siempre que me lo encontraba me decía: qué buena persona era tu padre.  

He estado muchos años queriendo conseguir un libro lleno de fotos que editaron cuando hicieron una fiesta en Manises para arreglar todo el pueblo. Todas las calles estaban pintadas, llenas de cerámica, de plantas, los balcones engalanados y la gente paseando muy entusiasmada y orgullosa del pueblo. Pero no he podido conseguir el libro, y es una lástima ya que recuerdo todo precioso.

También creo que la televisión ha sido una de las principales consecuencias por las que la gente dejó de salir a la calle. Antes se realizaban reuniones para cualquier cosa, cada dos por tres se celebraban cenas, fiestas, se juntaban en las casas para hacer tapices con cualquier cosa (pepitas de melón, cartulinas, garbanzos...), cualquier excusa era buena para juntarse. Con la llegada de la televisión a cada casa, esa genial tradición, se fue perdiendo por completo.