En la fotografía, Miguel Ángel el día de su primera comunión con sus padres y hermana.

Hace unos cuantos años aquí, en las cuatro esquinas (calle Cervantes con Cura Catalá) en Sant Antoni se hacía una hoguera con trastos viejos y madera.
Julio el Carboner, que lo llamaban así porque vendía carbón y era chatarrero, rellenaba monos viejos de trabajo y hacía monigotes para ponerlos en lo alto de la hoguera. Vivía donde vive ahora Conchín.
En la misma parte de la calle, habían tres árboles y mi padre y el marido de Milagro ataban una cuerda a los árboles y ponían cohetes.
Después con las brasas de la hoguera se torraba carne y embutido.

Otro recuerdo bonito y que tengo con muchísima claridad es el de los domingos por la mañana cuando yo era pequeño y venían a vender a la calle "arrop i tallaetes" (una pasta negra hecha con calabaza muy dulce y fruta confitada). Por la noche, en invierno, venía "el fabero" a vender "fabes" y un "botifarrero" ambulante que hacía las morcillas más buenas que he probado en toda mi vida.

También recuerdo que el día de mi comunión, la calle estaba en obras porque la iban a asfaltar y a poner el alcantarillado.